martes, 5 de noviembre de 2013

Amor terremoto


“Un temblor me ha sacado de la cama”, “el suelo temblaba como si hubiese una carrera de elefantes en el edificio”, comentan los vecinos del sur de la capital; “un movimiento sísmico de magnitud 3.4 en la escala Richter ha sido registrado a las 07.34 de la mañana en Madrid con epicentro en un punto entre Móstoles, Alcorcón y Fuenlabrada según el Instituto Geográfico Nacional”, confirman los medios de comunicación. Lo que se mantiene en secreto es que tú y yo nos hemos encontrado justo a esa hora.

Si confesásemos que en ese instante nos estábamos dando nuestro beso de buenos días nos separarían para siempre, como en la trilogía de Dorian. Hay amores tan fuertes que generan caos a su alrededor, arrasan, provocan tornados, erosionan, encienden volcanes, mueven montañas, quiebran y destrozan. Cuanta más energía llevan en su carga, más empequeñece el resto del mundo.
El amor como fuerza no siempre es conocido por todos. Esa persona irrumpirá en tu vida de forma devastadora, temblarán todos tus pilares, te obligará a cuestionarte si los sentimientos experimentados hasta entonces son válidos, si tus valores son tan buenos como pensabas y te obligará a tomar una decisión. O abres la puerta o la cierras, pero este tipo de amor no se colará por tu ventana por las noches. Te sorprenderá y tendrás que improvisar y si lo dejas marchar, ya nunca volverá. Se convertirá en ese deseo sin cumplir que se cuela en tus sueños mientras otra persona descansa tranquila a tu lado en la cama, y quien te venga a la cabeza cuando hablen de pasión. Periódicamente tu inconsciente te recordará que esa persona existió para ti.

Yo le abrí la puerta, entró hasta la cocina y sigo durmiendo con la ventana abierta. El problema de este tipo de amores es que es como construir una casa empezando por el tejado, no amarrarás bien tus cimientos en terreno de la otra persona. Firmaréis tratados de paz antes si quiera de haberos declarado la guerra. Brillará el arco iris, pero no habrá salido el sol.

Lo que quiero decir con esto es que este tipo de amores tan fuerte entran tan rápido se van. No lo harán para siempre. Habrá idas y venidas. Discusiones, gritos, insultos y quebraderos de cabeza. Habrá noches en vela, unas de lloros y otras de pasión desenfrenada. Habrá regalos y sonrisas. Habrá odio y amor puro. Y ese es el mayor problema. Os cansaréis de dormir con la ventana abierta y de pasar días enfermos. Las venidas os convencerán de que las idas merecen la pena si es para construir un futuro juntos. Pero finalmente acabaréis tan agotados que cerraréis puertas, balcones y poco os faltará para tapiar las dichosas ventanas. Y eso es lo que pasa cuando las relaciones humanas no tienen unos buenos cimientos.

Otra persona aparecerá, os aportará calma, estabilidad y un hogar bien construido. Pero de vez en cuando abriréis las ventanas de toda la casa en pleno enero y pondréis de excusa que es necesario ventilar. En el fondo, mantendréis la esperanza de que esa persona con la que la química era tan fuerte que la física se hacía devastadora aparezca de nuevo. Aunque sólo sea fugazmente y ver cómo le ha ido.


Yo me quedo contigo, mi querido amor terremoto. Y no te preocupes que nuestro beso de buenos días lo mantendré en secreto. Tú sólo preocúpate por darme paz y guerra, una de cal y una de arena. Juntos contra todo pronóstico.

                                  Firmado, Alejandra Elorza




"A veces se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias", Paulo Coelho.

1 comentario:

  1. Tienes razón, siempre es un placer volver a escribir, ya sea en un blog, diario o trozo de papel. Es curioso como todas las historias acaban pareciéndose, lo que cambia es la forma de contarlo. Enhorabuena por el estreno

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